Abby

Abby

SEGUNDO PREMIO DE RELATO
CATEGORÍA: BACHILLERATO
Paula Artiles Sánchez, 2º CFGS Agencias de viajes y gestión de eventos. CEIP SAN CRISTÓBAL


[Se recomienda escuchar con la canción In The Start – Benson Boone. ]

Desde que vi en la caja esa carta que había hecho cuando tenía ocho años con el título «Para la Abby del futuro», tuve la necesidad de escribirte para contarte cómo han cambiado las cosas por aquí desde ese tiempo y creo que es el momento de contártelo.

Para la pequeña Abby, que era feliz con sus dos coletas, sus vestidos de miles de colores y veía Brave con un cuenco lleno de palomitas los sábados por la noche. Es el momento que te muestre cómo has crecido durante estos años.

¿Te acuerdas que Axel y Rhys querían ir a la universidad de Los Ángeles? Pues lo consiguieron, eso hacía que uno o dos fines de semana fuéramos hasta allí, ya fuera para pasarlo en familia o para ver algún partido de baloncesto del equipo de Rhys.

Pasado un tiempo, te diste cuenta que ellos tenían su vida allí y que tú empezabas a hacerla ahora que ellos no estaban porque las cosas en casa eran igual: papá y mamá seguían yendo por la mañana y volvían por la noche de sus respectivos trabajos; empezaste a echar de menos los maratones de películas que hacíamos los viernes por la tarde, ir a molestar a Axel cuando sabías que tenía un examen importante al día siguiente o cuando Rhys traía un chupetón y te reías de él para que papá le echara la bronca, pero lo que más extrañamos era poder hablar con ellos cuando alguien se reía de ti en clase o porque un chico te había dicho que no, sus abrazos, bromas… Eso fue lo peor que llevabas.

A lo largo de la etapa en el instituto, te diste cuenta de que las personas cambian y no siempre estarán ahí como tú esperabas que estuvieran, pero a veces, cuando menos te lo esperas, aparecen las que estarán contigo durante toda tu vida. Te hablo de Heather y Leah, a las que conociste por casualidad pero, Abby, qué bonita casualidad porque cuando estás con ellas puedes ser tú misma y no sabes lo bien que nos sienta eso, [te voy hacer un pequeño spoiler de nuestra vida ahora: vivís las tres juntas en Los Ángeles].

Como leíste antes, «si Los Ángeles», sé que querías estudiar derecho en New York como papá, pero la vida da muchas vueltas y terminaste aquí, estudiando periodismo, ¡como has cambiado!, ¿verdad? Te explico cómo llegaste a esta carrera, es muy sencillo:

Con la marcha de los gemelos, y viendo que no podías contar con alguien para hablar, empezaste a expresarte escribiendo y lo cogiste como una vía de escape, pero con el tiempo viste que haciéndolo eras feliz, pues veías que a través de esas palabras eras tú y que tu camino podía seguir siendo escritora: por eso, te apuntaste a diferentes concursos, ya fueran del instituto, Internet o del periódico local y ganaste muchos de ellos, pero lo que te llevó hasta aquí fue el comentario de mamá, cuando dijo «Abby, cuando escribes eres feliz, eres tú, no dejes de hacerlo nunca». Ella no solía decirnos estas cosas, por eso fue el empujón que necesitábamos para llegar.

Te voy hacer otro pequeño spoiler: estoy en mi despacho esperando para la firma de nuestro primer libro, se llama Todo pasa por algo, para que veas todo lo que has logrado en este tiempo.

Ahora llegamos al punto más interesante de tu pequeña vida: el amor. La verdad es que los últimos años del instituto estuviste con un chico, pero no era como creías y te costó confiar en otros hasta que llegó él.

Lo conociste en la cafetería en la trabajaste tu primer año de universidad. Te hacía gracia porque siempre te pedía lo mismo: un «latte grande con un trozo de brownie»; se llamaba Andy y con él sentiste lo que es el amor que tanto leíamos de pequeñas. Tuviste tus peleas con él, como toda pareja, pero lo bueno es que no duraban mucho porque, bien eras tú la que aparecía en su casa o era él el que venía a la tuya.

Con él fueron tus primeras veces, tu primera vez, tu primer viaje sola, tu primer tatuaje, tu primera fiesta, pero te puedo asegurar que seguirá viniendo a las demás… ¿Podemos contar esto último como otro spoiler? Yo creo que sí.

Seguramente encontraré esta carta dentro de… no sé… ¿cuatro, diez años? Para la Abby que la vea, solo quiero decirle un par de cosas antes de guardar esta carta: vive, sé tú misma, vive por ti y no por lo que los demás quieran, porque eso lo hicimos en un pasado y nos dimos cuenta que no era lo mejor para nosotras.

Disfruta del tiempo que pases con tu familia, con tus amigos, con tu pareja, porque todo pasa y no nos damos cuenta, y quédate con algo de cada uno de ellos porque a lo largo del tiempo lo recordarás y nos saldrá una sonrisa tonta, y eso es lo que vale.

Y por último: viaja, escribe, baila en medio de la calle, aprende un idioma nuevo, tatúate, haz lo que tú quieras, pero recuerda como te dije al principio: hazlo por ti y no por los demá,s porque todo lo que hemos luchado y las lágrimas que hemos soltado han sido para curarnos, porque solo nos faltaba un empujón y lo conseguimos, Abby, somos la persona que queríamos ser.

Solo para terminar: Abby estoy orgullosa de lo que hemos logrado.

Con cariño,

Abby

Cuando terminé de escribir la carta, sentí que tocaban y abrían la puerta de mi pequeño despacho. Era Andy. En su mirada veía lo orgulloso que estaba de mí.

—Te están esperando, ¿estás lista?

Miré la carta en el escritorio, inspiré y le dije:

—Ahora sí.

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