Costa de Marfil – Explorando plantaciones de cacao y selvas tropicales
Capítulo 22: Costa de Marfil – Explorando plantaciones de cacao y selvas tropicales
Ahmed llegó a Costa de Marfil, un país conocido como el mayor productor de cacao del mundo, donde las selvas tropicales y las comunidades agrícolas reflejan una rica historia cultural y natural. Su destino principal sería la región de Soubré, un área famosa por sus plantaciones de cacao y biodiversidad.
Llegada a Abiyán y viaje a Soubré
Ahmed aterrizó en Abiyán, la vibrante capital económica de Costa de Marfil. Fue recibido por su guía, Yao, quien lo llevó a un pequeño restaurante para probar attieke, un plato de yuca rallada servido con pescado y salsa picante. “Es un sabor que encapsula la esencia de nuestra cocina,” dijo Yao mientras Ahmed saboreaba el plato.
Desde Abiyán, Ahmed y Yao emprendieron un viaje hacia Soubré, atravesando campos verdes y pueblos tranquilos. En el camino, Yao le explicó cómo el cacao no solo era el motor económico del país, sino también un símbolo de orgullo cultural para sus habitantes.
Exploración de una plantación de cacao
En Soubré, Ahmed visitó una de las plantaciones de cacao más grandes de la región. Allí conoció a Kouassi, un agricultor que le mostró el proceso completo de cultivo, desde la cosecha de las vainas hasta el secado de las semillas al sol. Ahmed incluso tuvo la oportunidad de abrir una vaina de cacao y probar su pulpa dulce.
Kouassi le explicó los desafíos que enfrentaban los agricultores, como los cambios climáticos y los precios fluctuantes en el mercado mundial. “A pesar de las dificultades, estamos orgullosos de nuestro trabajo porque el cacao conecta a Costa de Marfil con el mundo,” dijo Kouassi.
Ahmed también aprendió sobre las iniciativas locales para fomentar el comercio justo y mejorar las condiciones de vida de los agricultores. “Es una lección de esfuerzo y resiliencia,” reflexionó Ahmed.
Caminata por las selvas tropicales
Ahmed y Yao exploraron la selva tropical cercana, conocida por su biodiversidad y paisajes impresionantes. Caminando por senderos cubiertos de hojas, Ahmed vio árboles altos, enredaderas colgantes y orquídeas silvestres. Los sonidos de los pájaros y los monos llenaban el aire, creando una atmósfera mágica.
En un claro, Yao le mostró una cascada escondida, donde el agua caía sobre rocas cubiertas de musgo. Ahmed se refrescó en la piscina natural, disfrutando de la tranquilidad del lugar. “Es un paraíso escondido,” comentó Ahmed mientras observaba el entorno.
Visita a una aldea local
En una aldea cercana, Ahmed fue recibido por la comunidad con danzas y música tradicional. Los aldeanos le mostraron cómo utilizaban el cacao no solo como cultivo, sino también como base para postres y bebidas. Ahmed probó un chocolate artesanal hecho por las mujeres del pueblo y quedó impresionado por su sabor rico y natural.
Un anciano de la aldea le habló sobre las tradiciones locales, incluyendo cómo los espíritus de la selva eran venerados como protectores de la tierra. Ahmed sintió una conexión profunda con las historias y valores que compartían.
Observación de chimpancés
Yao organizó una excursión a un santuario cercano donde Ahmed tuvo la oportunidad de observar chimpancés en su hábitat natural. Con la ayuda de un guía especializado, Ahmed vio cómo los chimpancés interactuaban entre ellos, recogían frutas y construían nidos en los árboles.
El guía explicó los esfuerzos de conservación en la región para proteger a los chimpancés y sus hábitats de la deforestación. “Es un recordatorio de la importancia de cuidar de la naturaleza,” dijo Ahmed mientras tomaba notas en su diario.
Reflexión final
En su último día en Soubré, Ahmed visitó un mirador desde donde podía ver extensos campos de cacao rodeados de selva tropical. Yao le habló sobre el impacto del cacao en la economía local y cómo el país estaba trabajando para equilibrar la producción con la conservación ambiental.
“Costa de Marfil me ha mostrado el vínculo entre la naturaleza, la comunidad y la perseverancia,” reflexionó Ahmed mientras escribía en su diario.
Un recuerdo especial
Antes de despedirse, Kouassi le entregó a Ahmed una pequeña escultura tallada en madera de una vaina de cacao. “Es para que recuerdes la importancia del esfuerzo y la conexión con la tierra,” dijo Kouassi. Ahmed aceptó el regalo con gratitud, sabiendo que llevaría consigo las historias y las lecciones aprendidas en Costa de Marfil.
Más sobre el viaje a Soubré
El trayecto hacia Soubré fue una experiencia en sí misma. A lo largo del camino, Ahmed vio campos de palmas aceiteras, pequeñas aldeas con techos de paja y mujeres caminando con cestas llenas de frutas en equilibrio sobre sus cabezas. Yao le habló sobre la importancia del cacao para la economía local y cómo las comunidades habían transmitido sus técnicas agrícolas de generación en generación.
En una parada en un mercado al borde de la carretera, Ahmed probó kplo, un pan frito hecho de yuca. También compró frutas locales como mangos y piñas, que Yao le aseguró que eran las más dulces que probaría en su vida.
Más sobre las plantaciones de cacao
En la plantación, Ahmed aprendió sobre el proceso de fermentación y secado de las semillas de cacao, pasos cruciales para desarrollar los sabores ricos del chocolate. Kouassi le mostró cómo extendían las semillas sobre esteras al sol, moviéndolas con frecuencia para que se secaran uniformemente.
Ahmed también conoció a otros agricultores, quienes compartieron sus experiencias y los desafíos que enfrentaban, como plagas y la necesidad de técnicas más sostenibles. “Aquí, cada grano de cacao es fruto de trabajo duro y dedicación,” dijo uno de los agricultores.
Antes de partir, Ahmed ayudó a plantar un árbol de cacao joven, dejando una marca simbólica de su visita. “Espero que este árbol prospere y contribuya al futuro de esta comunidad,” comentó Ahmed.
Exploración más profunda de la selva tropical
Durante su caminata en la selva tropical, Ahmed observó más de cerca la increíble biodiversidad de la región. Yao le mostró cómo identificar diferentes especies de árboles, como el iroko y el caoba, y cómo algunas plantas tenían usos medicinales. Ahmed también vio una variedad de aves, incluyendo el turaco y el cálao, que añadían colores vibrantes al paisaje.
En un momento especial, Ahmed notó un grupo de monos colobos moviéndose ágilmente entre las ramas. “Es como si la selva estuviera llena de vida y secretos,” comentó Ahmed, impresionado por la conexión entre los animales y su entorno.
Más sobre la aldea local
En la aldea, Ahmed pasó más tiempo aprendiendo sobre la vida cotidiana de sus habitantes. Ayudó a las mujeres a preparar una bebida tradicional de cacao caliente, endulzada con miel local. También participó en la recolección de hojas de plátano utilizadas para envolver alimentos.
Los niños de la aldea lo invitaron a jugar un partido de fútbol improvisado, usando una pelota hecha de telas enrolladas. Aunque Ahmed no era el mejor jugador, disfrutó del momento y se rió junto con ellos.
Un joven de la aldea le mostró cómo tallar madera, una habilidad que había aprendido de su padre. Ahmed intentó hacer un diseño simple, aunque su torpeza provocó risas. “Se necesita práctica, pero has hecho un buen intento,” dijo el joven con una sonrisa.
Encuentro con los chimpancés
En el santuario, Ahmed aprendió sobre los comportamientos sociales de los chimpancés, observando cómo compartían alimentos y cuidaban a sus crías. El guía le explicó cómo estos primates eran esenciales para la salud del ecosistema, ya que ayudaban a dispersar semillas a través de sus actividades diarias.
Ahmed quedó conmovido por los esfuerzos del santuario para proteger a los chimpancés y educar a las comunidades locales sobre su importancia. “Es un recordatorio de cómo cada ser vivo tiene un papel crucial en el equilibrio de la naturaleza,” reflexionó.
Reflexión en el mirador
Desde el mirador, Ahmed tomó tiempo para apreciar el paisaje. Observó cómo los campos de cacao se extendían en perfecta armonía con la selva tropical. Yao le habló sobre los esfuerzos del gobierno y las organizaciones locales para promover la agroforestería, un método que combinaba la producción agrícola con la conservación ambiental.
Ahmed escribió en su diario: “Costa de Marfil es un lugar donde la naturaleza y la comunidad se entrelazan, recordándonos la importancia de cuidar de la tierra para las generaciones futuras.”
Despedida de Soubré
Antes de partir, Kouassi y otros agricultores lo despidieron con una ceremonia simple pero conmovedora. Le entregaron un pequeño paquete de cacao en polvo hecho localmente, junto con la escultura de madera de la vaina de cacao. “Esto simboliza nuestra conexión con la tierra y el trabajo en equipo,” dijo Kouassi.
Ahmed prometió compartir sus experiencias y las historias de Costa de Marfil con quienes conociera, con la esperanza de inspirar un mayor aprecio por el cacao y las comunidades que lo producen.