24 de octubre – Día de las Naciones Unidas

El Mapa de la Unidad

En una ciudad llamada Estrella Azul, había una antigua escuela conocida por tener un mapa del mundo pintado en su patio. Era enorme, con colores brillantes que representaban los países. Los niños solían jugar sobre él, saltando de continente en continente, soñando con viajar y conocer lugares lejanos. Sin embargo, con el tiempo, el mapa se desgastó, y los colores comenzaron a desaparecer, como si las conexiones entre los países se estuvieran desvaneciendo.

Entre los estudiantes estaba Ana, una niña de 11 años que siempre había amado el mapa. Un día, mientras jugaba sola, notó que las líneas que separaban los países ya no eran visibles. Esa noche le preguntó a su abuela, quien había sido profesora en la escuela:
—Abuela, ¿por qué las líneas del mapa desaparecen?

La abuela, sonriendo, respondió:
—Tal vez sea un recordatorio de que, aunque vivimos en diferentes lugares, todos compartimos el mismo mundo.

Intrigada, Ana decidió que era hora de restaurar el mapa, no solo con colores, sino con un mensaje que uniera a todos los estudiantes de la escuela.


El Primer Paso: Aprender sobre el Mundo

Ana habló con su maestra, quien le sugirió investigar sobre la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una institución creada para promover la paz, la cooperación y el bienestar en todo el mundo.
—La ONU trabaja para que todos los países se ayuden entre sí —le explicó la maestra—. Tal vez puedas inspirarte en sus objetivos para restaurar el mapa.

Con la ayuda de sus amigos, Ana comenzó a leer sobre los logros de la ONU: cómo ayudaba a proteger a los niños, cuidar el medio ambiente y resolver conflictos. Decidieron que el nuevo mapa no solo mostraría los países, sino también los valores que los unían.


El Segundo Paso: Trabajar Juntos

Ana organizó un Taller donde los estudiantes pintaron nuevamente el mapa. Cada grupo se encargó de un continente, añadiendo palabras como paz, igualdad, cooperación y Sostenibilidad alrededor de los países.
—Esto no es solo un mapa —dijo Ana durante el Taller—. Es un recordatorio de que somos más fuertes cuando trabajamos juntos.

Mientras pintaban, compartieron historias sobre diferentes culturas y discutieron cómo podían aplicar los objetivos de la ONU en su propia escuela. Decidieron crear un programa para cuidar el patio, reciclar materiales y resolver los problemas entre compañeros hablando en lugar de pelear.


El Tercer Paso: Compartir el Mensaje

Cuando el mapa estuvo terminado, los estudiantes organizaron una ceremonia en la escuela para mostrarlo a toda la comunidad. Invitaron a sus familias, profesores y vecinos. Durante el evento, Ana dio un discurso:
—Este mapa no solo muestra los países donde vivimos, sino también los valores que debemos compartir: paz, igualdad y cuidado por nuestro planeta.

La abuela de Ana, emocionada, agregó:
—La ONU nos recuerda que, aunque tengamos diferentes idiomas, culturas y tradiciones, todos somos parte de la misma tierra.

La ceremonia terminó con los estudiantes colocando un cartel junto al mapa que decía: “Unidos por un mundo mejor”.


El Legado de la Unidad

Desde ese día, el mapa restaurado se convirtió en el símbolo de la escuela. Cada año, en el Día de las Naciones Unidas, los estudiantes organizaban actividades como intercambios culturales, campañas para proteger el medio ambiente y debates sobre cómo resolver problemas de forma pacífica.

Ana, al crecer, siguió inspirando a otros, recordándoles que la unidad no significa ser iguales, sino valorar nuestras diferencias y trabajar juntos por un futuro mejor.


Moraleja

El Día de las Naciones Unidas nos recuerda que la cooperación entre países y personas es esencial para construir un mundo más justo y sostenible. Cada uno de nosotros tiene un papel en esta misión global: cuidar el planeta, defender la paz y promover la igualdad.